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Jugar con la palabra y

la música ha sido

desde siempre mi pasión

“Hoy por hoy, la prisa del tiempo se desdibuja y confío plenamente en mi cuerpo de madera.

Ese que se deja llevar por el impulso de mi única corriente.

Esa que me hace cantar la belleza de lo inefable.”

Jugar con la palabra y la música ha sido desde siempre mi pasión. Desde niña ya sabía que quería cantar. Durante años mi mundo fueron el colegio y nuestra casa en la capital de Tenerife, una isla en la periferia de España. El estrecho pasillo del piso donde vivíamos y mis dos hermanas eran serios testigos de mi insistencia y dedicación. Mi formación musical comenzó de manera autodidacta escuchando los éxitos de los 40 Principales en la única radio de la casa. Grabar, rebobinar y cantar. Una y otra vez.

 

Como buena isleña, hace pocos años me di cuenta de todas las mareas que he navegado. Estuve al principio, cuando grabé mi primer disco en Miami, en lo que yo creía la cresta de la ola. Estuve muchos años también perdida en mi propio fondo submarino, buscándome a mí misma en el camino. Sin darme cuenta de que el camino me seguiría a mí allí donde yo fuera. Sin embargo, hoy por hoy, la prisa del tiempo se desdibuja y confío plenamente en mi cuerpo de madera. Resuena con todas mis voces y mis pasados. Con mis encuentros y desencuentros. Se deja llevar por el impulso de mi única corriente, esa que me hace cantar la belleza de lo inefable.

 

Me siento canaria. A veces soy niebla fría y a veces calima polvorienta. Soy araucaria y drago de savia roja que recién comienza a nacer. El mar bate sin tregua en las escarpadas laderas de mis historias. La nubes siempre están de paso. Se arremolinan en la cumbre a ratos y luego se marchan. A conocer mundo. Como yo misma hice durante un tiempo. Para ser también ciudadana universal.

 

Aquí, en medio del Atlántico, el mar y el cielo son demasiado inmensos como para poder identificarme plenamente con ellos. Sin embargo la montaña soy yo. La miro y cuando cierro los ojos la siento entrecruzándose entre mis dedos, resbalando sus retamas por mis piernas, recorriéndome sus piedras desde los tobillos hasta el esternón.

 

Mi fuerte raíz ibérica me sujeta a las regiones de Castilla y Extremadura. Sus cantos antiguos son mis cantos internos. Sé que en el fondo soy corazón de pueblo, pero Latinoamérica y sus irresistibles cadencias, fundidas en la historia de las Islas, son cada vez más fuente de inspiración y tienen también mayor presencia en mis composiciones.

 

Mis músicas preferidas son las zambas y chacareras, la música brasileña y portuguesa. Admiro los discursos únicos y valientes de artistas como Silvia Pérez Cruz, Madredeus, Leonard Cohen, Astrud Gilberto, Juan Quintero y Acá Seca. También me siento muy cercana del trabajo auténtico de los cantores Atahualpa Yupanqui y Violeta Parra. La literatura y la canción son mis grandes pasiones, así como la creación y el proceso creativo en todas sus etapas.

 

He recibido varios premios como compositora e intérprete, tanto nacionales como internacionales, que me han ayudado a reforzar mi vocación,—ganadora del Festival de Benidorm (2002), del Billboard Song Contest en la categoría «Latin» (2004), ganadora en el Taller de composición de la SGAE (2005), premiada en Abril para Vivir (2016) y ganadora en Cantando a la Rivera de Gata (2019)—.

 

Mi evolución como artista ha tenido varios caminos de idas y venidas pero desde el 2012 puedo decir que tomé conciencia de nuevo para seguir expresándome a través de canciones propias, pasara lo que pasara. Desde 2016 me dedico a pleno rendimiento y tengo tres discos (LP) publicados: “Promesa” (2001), “Sin límites” (2013) y “Nido” (2017); además de un EP grabado en directo “La llama en la distancia se apaga” (2018). En la actualidad acabo de estrenar el álbum “Canto y semilla”, después de tres largos años de trabajo sobre él.

 

A partir de un fuerte trabajo de introspección, ideo y produzco el espectáculo “Anónimas” en 2020, la historia de muchas contada por unas pocas. Esta pieza dramática-musical actualmente en activo, ya ha recibido el aval de público y crítica en Canarias, considerándola una “bofetada de realidad” por destacar los valores como la resiliencia femenina y la sororidad en un mundo lleno de “golpes y anhelos truncados”.

 

En este y en todos mis trabajos considero que el trabajo en equipo es lo que logra los mejores y más bellos resultados. En este sentido, además de otros grandes profesionales que me acompañan actualmente, desde el 2013 trabajo en casi todos mis proyectos junto a Mon Cabrera, arreglista y guitarrista del panorama musical canario. Junto a ellos hemos crecido como equipo y viajado por España, Marruecos, Colombia y Finlandia.

 

En mi día a día la creatividad es mi faro y mi guía. Necesito la música como vía de expresión. Necesito el silencio para poder sentir la identidad que subyace bajo mis pieles quebradizas. Esas que no cesan de romperse. Son cortezas hermosas que se secan y dejan paso a la belleza sin artificio. La belleza de un sueño una vez abandonado que hoy está más vivo que nunca.